Mi situación de sobrepeso comenzó mucho antes de septiembre de 2016, pero hasta ese momento no lo había notado. Vivir pendiente de lo que me falta (sobre todo tiempo) no me permitía dar cuenta de lo que me sobraba. Hasta que me enfrenté a un espejo y no pude abrochar un vestido de fiesta que me había comprado unos días antes, y tuve que conformarme con una túnica negra.
Parece trivial, pero me sumergió en un estado de angustia total. Descubrirme “redondita”. Que estaba excedida en peso, o pensé que el exceso que tenía era solo ese. Siempre había sido delgada talla S/M y revisando el vestidor descubrí que la mayoría de mis prendas eran talle L. ¿Cuándo había dejado de verme? Cómo había llegado a esta situación.
Decidí entonces buscar ayuda. Todo lo propuesto solo eran restricciones y dietas de bajísimas calorías, puros sacrificios. Hasta que encontré la siguiente propuesta: programa de coaching educativo integral formador de hábitos de vida saludable de 16 semanas, para la reducción de la grasa extracorporal, bienestar, cambio de hábitos y estilo de vida. Y SIN DIETAS RESTRICTIVAS. Esto último es lo que me llamó poderosamente la atención, ya que nunca me gustaron las dietas y los sacrificios en las comidas.
En la charla inicial Richard me explicó de qué trataba su escuela. La propuesta era más amplia, no solo tratar las adicciones (en mi caso la comida), sino una toma de conciencia de mi vida.
Comencé 10/09/16 con 67kg. Me dio la bienvenida y me dijo: se engorda en soledad, se baja en compañía.
El mensaje es que la vida está hecha para disfrutarla, no para padecerla. Parece algo trillado, pero se hace fácil. Durante los 112 días concurrí a cumpleaños, 1 casamiento y un bautismo. Nada de viandas o padecimientos de prohibiciones. ¡¡¡¡Se puede!!!! Y aprendí a que el disfrute no solo pasa por la boca.
Recomendable, si 100%. Llegue a destino al finalizar el programa con 56,5Kg. Hoy me mantengo en 52. Pero sigo diciendo que el peso solo fue una excusa. Este programa, me permitió detener y analizar las posibilidades que tiene la vida, para no correr el riesgo, solamente, de “pasar la vida”, de “existirla” pero no de VIVIRLA en forma completa con plenitud en todas sus áreas.
Claudia Farinella
Ciudad de Buenos Aires
Argentina
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