El automóvil se mueve por sí mismo, pero no puede por sí mismo ponerse en marcha y necesita que alguien haga al contacto inicial para que el motor se encienda.

El ser humano tiene un motor que se encendió en el momento de la concepción y no para nunca durante toda la vida, está siempre regulando y esperando que se le dé el uso debido.

El automóvil siempre necesita de un conductor que lo guíe para marchar por una vía ordinaria sin necesidad de carriles, como dice la definición del diccionario de la RAE.

El ser humano también necesita de un conductor, o de varios conductores – como veremos más adelante – pero no para marchar por una vía ordinaria, sino para marchar por una vida extraordinaria: la suya propia.

Los automóviles marchan por las vías y los seres humanos marchan por sus vidas.

Al nacer y con su motor en marcha, la primera conductora del ser humanoes su madre, quien guía a ese pequeño ser hasta su pecho, para darle la primera carga de alimento líquido para alimentar su cuerpo. Luego son los padres en su conjunto, sus maestros, sus autoridades religiosas y médicas, etc. Y de este modo, a medida que se va desarrollando, tendrá distintos conductores en todas las áreas de su vida, que a través del tiempo le irán mostrando cual es el mejor camino para recorrer la vida sin tener inconvenientes.

En el caso del automóvil, éste tiene un motor que funciona a gasolina, gasoil o eléctrico y lleva un tanque o una batería con cierta capacidad para almacenar el combustible o la carga eléctrica que le permite una autonomía tal, que no necesite recargarlo por una cierta cantidad importante de kilómetros recorridos.

En el caso del ser humano, éste también tiene un motor – o una serie de distintos motores (cerebro, corazón, hígado, riñones, etc.) – que funcionan todos a la vez desde el nacimiento y que están perfectamente sincronizados para obtener el máximo rendimiento con el menor gasto de combustible. Podríamos decir que es la máquina más perfecta y la más compleja de la naturaleza, compuesto por todos los órganos del cuerpo y que funcionan a base de una mezcla ideal de alimentos y agua pura en sus debidas proporciones. El tanque de carga de combustible de este automóvil humano es el estómago, y la boca por donde se carga, es la boca por donde se introducen los alimentos y los líquidos.

El automóvil es uno de tantos, es uno más de la producción masiva con que se los fabrica.

El ser humano es una criatura única e irremplazable, hecha a imagen y semejanza de Dios.

El automóvil tiene grabado un número de serie y se mantiene igual durante toda su vida útil.

El ser humano tiene grabado en sus genes todo lo que necesita para vivir, va cambiando y evolucionando continuamente en un proceso de crecimiento constante, que tiende a adquirir diariamente nuevos conocimientos para su perfeccionamiento. No tiene un número de serie, tiene nombre y apellido y se-ríe.

El tanque de combustible o la batería de un automóvil tiene una capacidad limitada.

El tanque de combustible de los seres humanos – su estómago – tiene una capacidad limitada.

El combustible que hace funcionar a un automóvil es la gasolina, gasoil o electricidad.

El combustible que hace funcionar a un ser humano es una mezcla perfecta y balanceada de agua y de los alimentos suficientes para que su cuerpo esté perfectamente hidratado y nutrido.

Al automóvil que se le dé mayor cantidad de combustible de la que requiere para el funcionamiento de su motor cuando se lo pone en marcha o durante el viaje, “se lo ahoga” o no funciona correctamente por el exceso de gasolina.

Al ser humano que se le dé mayor cantidad de alimentos en forma diaria de los que su cuerpo   requiere para su correcta alimentación y nutrición, se lo saca del equilibrio biológico y del peso para el cual está diseñado.

Al automóvil se le llena el tanque y se sale de viaje, sabiendo que cuando la aguja del reloj que marca la cantidad de gasolina que queda en el tanque marque un 75% de llenado, el conductor puede parar en una estación de servicio y cargar ese 25% para llenarlo y continuar el viaje. A ningún conductor se le ocurriría llevar cinco bidones de cinco litros de gasolina adentro del automóvil “por las dudas” de quedarse sin combustible, porque sabe que todo está organizado para que cuando uno quiera, pueda parar en cualquier estación de servicio y volver llenar el tanque con gasolina.

El ser humano sale todos los días “de viaje” hacia sus actividades, carga el tanque en el desayuno, sabe que cuando su cuerpo gastó un 25% de sus reservas ya está en la hora del almuerzo y puede reponerlas volviendo a llenar el tanque, al gastar otro tanto viene el horario de la merienda y también puede volver a llenarlo, y lo mismo sucede con la cena.

Aquí comienzan a aparecer las diferencias en las comparaciones:

Las personas que tienen algunas ideas erróneas respecto a cuál es la medida de lo suficiente que su cuerpo requiere para una correcta hidratación y nutrición de su cuerpo en forma diaria, actúan llevando los cinco bidones de gasolina que he descrito más arriba. Pueden llevarlos en forma de alimentos concretos para comerlos en cualquier momento o en las ideas erróneas dentro de su mente, para poder comprar los alimentos cuando estas ideas se presenten. En este caso específico, la gasolina se reemplaza por distintos tipos de alimentos que se comerán “por las dudas” pensando erróneamente que se tiene hambre, y muchas veces es solo manifestaciones del cuerpo y la mente pidiendo solamente que le repongan el agua pura que le comienza a faltar.

Lo que debemos saber es que, así como cada persona que hoy tiene problemas con los excesos de comidas se viene entrenando desde que nació en una forma de comer que se fue distorsionando y le está creando la formación de grasa extracorporal parásita que le ocasiona sobrepeso leve, moderado, obesidad o hiperobesidad en su cuerpo, la única forma de resolver este tema en forma definitiva y lograr una delgadez saludable a largo plazo, es entrenarse nueva- mente ( en la mente en forma nueva) para revertir las ideas erróneas que mantienen a esta persona reiterando una y otra vez, las mismas conductas que consecuentemente producen los mismos resultados.

Cuando el automóvil no funciona porque se lo “alimentó en forma incorrecta”, el propietario acepta las sugerencias de su mecánico de confianza y lleva a cabo las correcciones necesarias para que vuelva todo a la normalidad. Le realiza los “services” que corresponden, en los momentos indicados, y su automóvil pasa a tener una vida larga y duradera, sin que su propietario se preocupe de que súbitamente pueda dejar de funcionar por mal mantenimiento.

Cuando se trata del cuerpo humano de una persona que tiene sobrepeso u obesidad, su propietario – que puedes ser usted que está leyendo estas líneas en este momento – cada vez que intentó bajar de peso haciendo dietas restrictivas reengordantes, hizo lo que le dijeron, pero cuando paró de hacer la dieta restrictiva, el cuerpo volvió a engordar.

Eso ocurre y seguirá ocurriendo, porque todos los métodos, sistemas y dietas restrictivas reengordantes que existen hoy en el mundo para el descenso de peso se enfocan en hacer bajar de peso al cuerpo justamente en base a restricciones de lo que se quiere comer.

Eso es lo que yo denomino trabajar en los síntomas y las consecuencias– grasa extracorporal y aumento de peso- y no en las causas que los producen – ideas erróneas.

Las dietas restrictivas reengordantes están programadas y basadas solamente en los alimentos, sus calidades y sus porciones. Se la deben seguir en forma estricta para que dén resultados sobre el cuerpo. Mientras la persona la lleve a cabo, va a bajar de peso. Pero en cuanto la persona pare de hacerla, su mente que no fue modificada y continúa con las ideas erróneas acerca de cuál es la medida suficiente para la correcta hidratación y nutrición de su cuerpo, volverá a su funcionamiento normal y poco a poco esa persona comenzará a comer nuevamente las cantidades que cree que son las correctas, y su cuerpo volverá a engordar probablemente más que al inicio de este nuevo intento.

Entonces, ¿cuál es la solución a este tema tan recurrente?

La solución pasa por hacer exactamente todo al revés de lo que se hizo hasta ahora.

En vez de hacer dietas restrictivas reengordantes para hacer bajar de peso al cuerpo manteniendo las ideas erróneas en la cabeza, lo que hay que hacer es un giro de 180º en esas ideas erróneas que están en la cabeza,entrenarse para que los excesos no se acerquen, darle al cuerpo la medida de lo suficiente de agua y alimentos que éste requiere para su correcta hidratación y nutrición, y como resultado ese cuerpo sin los excesos irá reduciendo su grasa extracorporal y volverá a tomar sus medidas, la forma y el peso correcto.

Dos frases para reflexionar:

“El alimento de la grasa extracorporal son los excesos de comidas, bebidas azucaradas y/o alcohólicas, el alimento del cuerpo es la medida de lo suficiente de lo anterior”. Richard Frenkel

“La delgadez saludable a largo plazo es una actitud mental, el cuerpo siempre acompaña”. Richard Frenkel

Eso es lo que me planteé e hice yo, luego de 25 años de intentar lograr una delgadez saludable a largo plazo. Durante todos esos años estuve haciendo todo tipo de dietas restrictivas reengordantes, ¡y cada vez subía más de peso!

Por eso desarrollé el concepto de la suficiencia que primeramente lo apliqué a los excesos y a las faltas y luego lo extendí a las demás áreas de la vida. En base a este concepto he creado en el año 2005 un programa de coaching educativo integral formador de hábitos de vida saludable de 16 semanas de duración, para la reducción de la grasa extracorporal, bienestar, orden generalizado, cambio de hábitos y estilo de vida bajo el concepto de la Suficiencia- No más dietas restrictivas. Este concepto logró en mi un cambio de estilo de vida que mantengo hasta hoy y me permitió bajar 104 kilos hace doce años, sin hacer nunca más ninguna dieta restrictiva reengordante.

Entendí y me di cuenta de que lo que engorda a las personas no son las comidas, las bebidas azucaradas y/o alcohólicas, sino que lo que engorda a las personas son los excesos de lo anterior.

Entendí y me di cuenta de que las necesidades solo están en el terreno de la mente, que los cuerpos humanos solo tienen requerimientos ciertos y continuos y que lo único que requiere mi cuerpo para vivir y para su correcto funcionamiento es una mezcla ideal de agua y alimentos en sus debidas proporciones. Me di cuenta de que todo demás uso que le daba a los alimentos era debido a una distorsión en las ideas que tenía en la cabeza que, me llevaban a mantenerme con una enorme hiperobesidad, problemas de salud y en el proceso adictivo a las repetidas, tradicionales, antiguas, viejas, caducas, obsoletas, perimidas, cortoplacistas e imposibles de sostener a largo plazo, dietas restrictivas reengordantes de las creadas en el siglo veinte.

Solamente dejé de utilizar la palabra “comer” que me condicionaba a “comer los excesos”, aprendí y me entrené en la forma correcta de hidratar y nutrir a mi cuerpo con la medida de lo suficiente de agua pura y alimentos, bajo la fórmula 70-30.(70% de agua y 30% de alimentos).

Ahora con un enorme placer me dedico en mi calidad de life coach – coach de vida y director de mi Escuela Internacional de Vida saludable a ayudar a otras personas que quieran darle solución a largo plazo este tema tan recurrente, sin pasar hambre física desde el primer día de comienzo del programa – debido a las exclusivas técnicas que he desarrollado para realizar los actos de alimentación hacia el cuerpo – sin sufrir más por fracasar al hacer este tipo de dietas restrictivas reengordantes.

Espero poder ayudarte a ti también a poder darte cuenta como vivir cada día libre de los excesos, las faltas y las adicciones, con paz, calma, alivio y alegría en todas las áreas de la vida.